martes, 24 de noviembre de 2009

Rayito Madrid · Bajo Palos - 'Un equipo maravilloso'


"Hay victorias que valen seis puntos" (Beris, leyenda viva del AD. RECUERDO)

El Rayito se presentaba a esta cuarta jornada liguera con la baja, exclusivamente, de Iñigo por motivos más que familiares; desde aquí, toda la dirección del Rayo le envía un fortísimo abrazo. Ya venia avisando Luigio, a veces acertado en sus comentarios, y que esto no sirva de precedente, que el rival al que nos enfrentábamos hoy podía marcar un antes y un después. Podía ser un memorandum para un Rayito que, aunque parezca lo contrario, aspira a mucho más de lo que pensamos.

Decía Luigio en la Web rojilla, que este equipo podía presentarse complicado. Haciendo excepción a la regla personal de ver la "clasifica" antes de los encuentros, se podía ver como solo contaban con una victoria en su casillero y una derrota por la mínima ante el único rival que nos a arrancado, hasta la fecha, tres puntos, los de la primera jornada. Hay que recordar al lector que la Liga solo cuenta con 9 escuadras, y por tanto, una descansa semanalmente. Por ello, de 6 puntos posibles, ellos habían logrado 3, pero no por ello habíamos de bajar la guardia.

Las sospechas se confirman al llegar al campo. Un portero que para, diez jugadores fuertes calentando de manera efusiva y con pinta de llevar muchos años en esto y un equipo, un todo, que venia convencido de la victoria, hacían que el Rayo tuviera que ponerse el mono de trabajo, esta vez, de verdad.

El árbitro, del que más tarde hablare, realizaba el pitido inicial con un Rayo, a mi parecer, aun no preparado para la cita. Y diez minutos después las matemáticas, ciencia exacta por excelencia, daban un varapalo, quizá el mas grande hasta ahora sufrido, al Rayo. El marcador iluminaba un 3-0 mientras seguíamos con la torrija. Gracias a la autopista que dejamos en la medular del campo, aun no entiendo el porqué, ya que Angie volvía a la convocatoria una semana después, y el parece de los mas indicados a jugar en esa posición, junto a Willy o incluso Luigio si ejerce de segundo punta, y gracias también a varios desbarajustes defensivos, el marcador hacia justicia. La Quinta del Wabas, curioso nombre, aplicaba un serio correctivo a un Rayo desconocido. Ni en la primera jornada tuvimos esa desazón, esa incomodidad, esa mala gana jugando. Y hoy era un día clave, ya lo había pronosticado Luigio. Desde luego no estábamos dando la cara, solo había un conjunto en el campo, y esos no éramos nosotros.

El primero llegó de un corner desde la banda izquierda mal defendido. Eso, y la mala suerte de un débil despeje, hizo que el delantero contrario fuera mas listo a la hora de cazar un balón sin dueño a pocos metros del guardameta. Sin haber digerido el primero, llego el segundo, como en un gran banquete, donde no sabes por donde ni porqué, la comida llega como si emanase de una fuente divina. Una contra bien llevada por la Quinta, hizo encontrarme con 3 jugadores rivales, veloces, casi subidos a una moto, ante mi área. Poco pude hacer ante el bien llamado pase de la muerte al segundo palo, mas que empezar a ordenar una nueva defensa, más contundencia en el centro del campo, agilidad en las bandas, altruismo defensivo desde la delantera...es decir, quería un nuevo Rayo, por que este no era el mío. Como colofón, y ya que las desgracias nunca vienen solas, me vi casi obligado a hacer un penalti gracias a un buen quiebro del rival que ya enfilaba la portería. Hoy tampoco era mi día. El castigo, la pena máxima, nos dejaba ante un 3-0 sólido, contundente. Y lo peor no eran los 3 goles en 10 minutos, que también, sino el pensamiento que rondaba por la cabeza de todos y cada uno de nosotros...." ay madre, como acabara eso".


Y entonces, se obró el milagro. La salida de Nano, brazo político, económico, pero, en este caso, brazo emocional del equipo algo debió darnos, pero a todos se nos encendió una pequeña chispa, algo que hizo detonar la Santa Bárbara que esconde el buque de la Rayito Madrid Army. Nuestro juego no mejoro mucho, pero sí cambio algo, no volvimos a cometer errores. Y eso, es ganar la mitad de la batalla que conduciría a la victoria en la guerra.

Antes de llegar al descanso, el Rayito ponía las tablas en el marcador con tres goles como tres soles. Goles que nacen desde las vísceras, que los dirige el corazón gracias al nervio, y que se celebran con músculo y griterío hasta que se resiente la garganta. Siempre se dice que cuando a tu lado se encuentra alguien superior a ti (da igual en que ámbito) algo se te pega. Es por ello que los grandes equipos europeos, esos con los que todo niño sueña con vestir su camiseta, tienen mas complicados sus encuentros, por que todos se crecen ante ellos. Esta vez, La Quinta eran mejores, por eso nosotros fuimos quienes crecimos y dimos el campanazo, el asalto a la Liga.

Es bien cierto que el Rayo jugo un partido horrendo, de estos de " papa, hubiera sido mejor que no hubieras venido, te avise..". Esos partidos marrulleros y toscos donde cada uno pierde sus papeles, eso quien los encuentre o directamente quien los lleve encima, y que el único alivio es cuando el arbitro pite el final del encuentro y ese tan conocido comentario de " jugadores a vestuarios ", que tanto le gusta decir a Alcalá en Carrusel Deportivo. Desde la portería, donde el meta no anduvo acertado, ni a la hora de colgar balones al área rival, una de sus especialidades, ni a la hora de atajar balones, pasando por una defensa suavecita, donde Pepo se esta ganando a pulso ser un indiscutible, llegando a una medular precipitada, falta de ideas y poco resolutiva. Incluso Willy vio la tarjeta azul después de una entrada a destiempo. ¿Willy? Sí, Willy.

Gran partido de los arietes del Rayo, casi de lo poco mencionable en esta crónica. Nano, dando instrucciones desde la banqueta, y otorgando rigor al juego ofensivo al saltar al césped; así como Ricky, que hizo un excepcional partido, subiendo y bajando durante todo el encuentro, jaleado por aficionados que no paraban de repetir "¡vamos gorda! “, se fue a casa, piti en mano, con la satisfacción que da un gran partido, dos goles, y tres puntos mas en la clasificación. Y digo tres por que son esos los "legales" por ganar. Pero, realmente, y como dice el conocido Beris, casado y amante del balón desde tiempos remotos, son victorias de 6 puntos, 3 que me llevo por ganar, y 3 que te robo a ti por perder. Pura poesía futbolística. Un soneto a este deporte que no cansa, que late en nosotros, y que cada fin de semana resurge dándonos fuerza para esperarle siete días más hasta vivir de él de nuevo.

Mención aparte para Luigio. Gracias a su dilatada experiencia en otros equipos, sabia que este era uno de esos partidos donde has de echarte el equipo a las espaldas, esas que el tiene reducidas debido a sus dimensiones, y caminar con el rumbo a la victoria; y así lo hizo. Inteligente, rápido y macarra cuando la ocasión lo merecía, ese vacilillas de metro sesenta y cara de carterista dio un puñetazo sobre la mesa para decir: aquí estamos. Y fue el quien comando una mejorada segunda parte, donde hicimos dos goles, para ganar a un rival que sin duda peleara por estar ahí arriba.

Y es que este equipo no ha encontrado un cerebro que dirija, un extremo que centre, o una defensa sólida que actúe de muro, pero hay algo en nosotros que nos dice que podemos, que siempre hemos podido, y que lucha y entrega tenemos que exigirnos hasta dar el 100% de nosotros hasta caer exhaustos. Somos un equipo que maravilla, incluso jugando mal, incluso con la adversidad de un arbitro autoritario, casero, de tarjeta fácil y discurso hostil. Eso no podrá pararnos, esta victoria es un punto de inflexión, y todos debemos reflexionar y convencernos que tenemos equipo para luchar entre los tres primeros, y una vez ahí, se necesitara un poquito de suerte, esa traicionara ilusión que solo esta con unos, con los valientes.

Marcos Ainoza

No hay comentarios:

Publicar un comentario